Anya Ekaterina Zaitseva

Nombre completo

Anya Ekaterina Zaitseva ( Katia )

Especie

Bruja

Fecha de Nacimiento

03 - 06 - 1992

Color de pelo

Pelirrojo

Color de ojos

Azules muy claros.

Altura

1.68

Descripción fisica

Spoiler:

Familia

Zaitsev

Miembros de la familia

Dimitry Zaitsev (Padre - Muerto)
Giulia Rosetti (Madre - Muerta)
Alexey Zaitsev (Hermano - Desaparecido)
Isabella Rosetti ( Tía )

Historial personal

Katia nació un lluvioso día de Rusia. De padre ruso y madre italiana, pasó su tierna infancia en Rusia.
Creció rodeada de mentiras, hipocresía y mucho, mucho dinero. Su madre, una bailarina italiana de ballet de gran reputación, su padre, el jefe de una gran empresa inmobiliaria. Pero su madre ya no bailaba, no solo porque la 'ajetreada' vida social no le dejaba espacio, sino porque se había lesionado años atrás.

Ella heredó de su madre la pasión por el ballet desde pequeña, pues siempre quiso ser como ella. La mejor alumna de la clase, no tardó en salir a escenarios. A los seis años recibió su primer trofeo en ballet.

Fue a esa edad cuando se mudaron a Londres, debido al trabajo de su padre. Katia siguió asistiendo a clases los siguientes cuatro años, ascendiendo en la jerarquía del ballet.
Era feliz, adoraba tener todo lo que quisiera con solo decirlo. A su padre le gustaba tener una hija así, tan...parecida a él.

Iba a las mejores escuelas, tenía la mejor ropa y todo lo que quisiese.

Pero no todo es tan bonito como parece, y en la vida de Katia eso no fue una excepción. Con el paso de los años se había dado cuenta de que muchas cosas que su padre hacía no estaban bien, que no era normal que gritase tanto todas las noches. Con tan solo diez años, encontró a su padre borracho con otra mujer, revolcándose en la cama. Su madre, afortunadamente, no estaba. Su padre vio el gesto de horror en su rostro y se acercó a ella. Apestaba a alcohol. Le hizo jurarle que jamás contaría lo que había visto esa fatídica noche.

Su personalidad dio un cambio brusco .El ballet ya no le llenaba, le recordaba demasiado a todas las mentiras con las que había crecido rodeada.

Otra noche , a los doce años, escuchó cómo, para variar, su padre gritaba a su madre. Le decía que él la había sacado del montón de mierda donde vivía, y que debería agradecérselo mejor.
Ni el maquillaje más caro pudo tapar los hematomas en la piel de su madre al día siguiente…ni todos los que vinieron detrás.

Para colmo, los poderes de Katia empezaron a despertarse. Las situaciones sobrenaturales cargaron de más tensión aún el ambiente familiar. Ella había heredado los poderes de su abuela, y su madre lo sabía. Y aún así, no dijo nada para protegerla.
Su padre lo sospechaba, y la culpaba de todo. Su hermano gemelo, Alexey, solía defenderla.

Los años pasaron, y con quinze años, Katia era el vivo retrato de su madre.

Los malos tratos seguían, pero finalizaron el día siete de diciembre. Su padre mató a su madre, y después se suicidó.

A Katia y Alexey los enviaron a un orfanato puesto que no encontraban al resto de su familia. Al cabo de unas semanas allí, Alexey empezó a comportarse de un modo extraño.
Tiempo después, le confesó que era un vampiro. Al principio, lo tomó por loco. Pero acabó por creerle ante las pruebas. Y de todas formas, ¿Qué iba a decir si ella era una bruja?
Los días en el orfanato no eran tan duros con su hermano allí, pero un día desapareció, y el cariño empezó a brillar por su ausencia.

Katia empezó entonces con la mala vida. Malas calles, mala gente, drogas, alcohol, excesos. Se escapó varias veces del orfanato.
Su vida iba hacia la deriva, hasta que hace poco, le llegó la noticia de la hermana de su madre. Estaba viva, y vivía en un pueblecito perdido en el mapa.

Los del orfanato la mandaron allí, deseosos de deshacerse de ella.